LA UNDAC MÁS ALLÁ DE LOS 50 AÑOS DE VIDA INSTITUCIONAL


Past Rector de la UNDAC

Si hay algo que permanecerá siempre a través de la historia son las ideas y las instituciones. La UNDAC ha cumplido 50 años de vida institucional el 7 de mayo de 2011. Y de un periodo de adolescencia está pasando a un periodo de madurez, para ello es vital fusionar la organización con las ideas de vanguardia que los tiempos actuales demandan. Esta nueva realidad exige cuadros capaces de desaprender las viejas concepciones y las viejas prácticas de enseñanza-aprendizaje, donde se entienda con claridad que existe una relación dialéctica entre las aptitudes, el desarrollo de capacidades y la configuración estructural de un sistema de competencias; haciendo del profesional de estos tiempos, un ente integralmente preparado e integralmente desarrollado. Un ser que con ventaja y con alto nivel de eficiencia, pueda resolver problemas y construir proyectos innovadores.

En estos últimos años se ha criticado a las universidades, especialmente públicas, por la escasa preparación y producción científica y tecnológica y por su escaso engarce con la sociedad civil. Hay algo de razón. Es cierto que las universidades públicas deben ser la fuerza motriz que ilumine las acciones de desarrollo de la sociedad. Los países emergentes del mundo confiesan que la clave de su desarrollo radica fundamentalmente en sus nuevos sistemas educativos. Pero ellos enjuiciaron el problema universitario no como un fenómeno aislado, sino como un todo, como un sistema que empieza con la educación inicial y que va hasta los estudios de Maestría, es decir, los deja próximo a los estudios doctorales, con estándar internacional, los PhD.

 De modo que los sistemas educativos en estos países emergentes toman énfasis desde el inicio, con la formación del niño; y, no pierden su rigor y calidad hasta su culminación como profesional. En esta fase se da un trato preferente a los estudios superiores, especialmente universitarios, porque de ello depende la formación de los cuadros altamente calificados. Los mismos que son requeridos dentro de los grandes proyectos productivos, tecnológicos, científicos y sociales. 


Lamentablemente Latinoamérica y en nuestro país se ha caminado en sentido contrario, ajustando presupuestalmente a las universidades hasta dejarlas estranguladas y al borde de su inanición, sin equipamiento y sin laboratorios actualizados, con docentes que se resisten a ingresar a la sociedad de la información y del conocimiento.

No cabe duda que la mejor oportunidad para la UNDAC es y seguirá siendo los recursos provenientes de canon y regalías mineras; sin embargo, el Ministerio de Economía y Finanzas no ha tenido la voluntad de liberar estos fondos para ser invertidos en las urgentes necesidades de corte académico, científico y tecnológico planteado en el plan estratégico de desarrollo institucional. No dudamos, que de contar con el uso adecuado y sujetos a dicho plan, la UNDAC sería una de las universidades modelos no sólo en la región sino en el país. Es fácil sentar las críticas de que no se hace nada, que la universidad adolece de servicios idóneos, que la educación es deficiente, que los profesionales que egresan no son competitivos. Sin embargo, a lo largo de sus 50 años de existencia, la universidad ha dotado a la sociedad más de 20 mil profesionales, muchos de ellos exitosos empresarios, y otros vienen desempeñando cargos públicos y privados. Los encontramos como alcaldes, regidores, presidentes regionales, consejeros, directores, congresistas, autoridades universitarias, gerentes y gestores en Pasco y en el ámbito regional, nacional e internacional. Lo que ha faltado es tender un puente con tales personalidades, de modo que se los comprometa a desarrollar proyectos comunes dentro del marco de una alianza estratégica.

Los retos que aún quedan por resolver en la UNDAC y universidades públicas son:


Primero, la falta de una nueva Ley Universitaria que estimule una gestión de calidad con un soporte financiero y de apoyo permanente en su ejecución. 

Segundo, la puesta en marcha de un sistema de gestión de calidad que permita emprender un cambio radical en las universidades del país, plasmado en un sistema operativo automatizado y eficiente, y un plan de mejora sostenible en el tiempo, que garantice la acreditación de las diferentes carreras profesionales. 

Tercero, la puesta en marcha de un programa de internacionalización y de movilidad estudiantil y docente con sus homólogas de América Latina y del mundo. Tanto los docentes como los alumnos necesitan nutrirse de las experiencias de las universidades más idóneas del orbe. Necesitamos estar no sólo a la altura de las circunstancias sino de previsión de las necesidades y retos del futuro. 

Cuarto, la puesta en práctica de un programa de cultivo de la axiología, de la ética y la deontología partiendo por la responsabilidad, la puntualidad, la voluntad y la toma de conciencia de hacer bien las cosas por más simples o insignificantes que aparenten ser; la voluntad de servicio a la nación y no aquel criterio errado, de llegar al poder, de ocupar un cargo para servirse de él.

Quinto, Hacer uso de la meritocracia como una práctica social permanente en la gestión. Entender que la antigüedad no siempre es clase en un mundo de revolución tecnológica y de nuevos conocimientos. Necesitamos dar oportunidad a los cuadros realmente calificados, con estudios de maestría y doctorados; de especialistas y expertos, reclutando a los pocos que tiene la universidad, y sino no los tiene se debe reclutar los mejores del mercado laboral. 

Sexto, implementar una cultura organizacional y de ejecución de lo planeado. La responsabilidad y el compromiso asumido nunca puede ser abandonado en la mitad del camino. Si se inicia un proyecto se debe tener el valor y el coraje de terminar con éxito así cueste mil sacrificios. 

Sétimo, tiene que ver con la calidad del perfil profesional, formando profesionales con actitud filosófica y humana; con vocación investigadora; formación tecnológica altamente eficiente; administradores, gestores, organizadores y líderes, que los distinga de los demás como personas, como profesionales y como ciudadanos.

Finalmente, remarco que la UNDAC, tiene un futuro promisorio de despegue institucional, afirmamos ello, en virtud al estudio histórico que nos ha demandado más de un año de trabajo, hoy plasmado en un libro que hemos titulado: Historia, retos y perspectivas de desarrollo de la UNDAC, Libro de Oro, 1961 – 2011. Estamos seguros que la UNDAC es más grande que sus problemas, sólo que faltaba el despertar de las conciencias desde su interior y el respaldo solidario de sus actores externos.
   

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