Algunos utilizan su devoción para rendir cuentas ante Dios, para sentirse bien ante Él. No les interesa Dios como tal, sino su propia perfección, la sensación de hacer todo bien ante Dios y ante los demás. Quieren probarse a sí mismos de lo que son capaces, pero su corazón es indiferente. No dejan entrar en él a Dios y, al tiempo, se cierran al prójimo. Están tan ocupados consigo mismos y con sus manifestaciones de piedad, que se protegen de todo aquello que pudiera cuestionarlos y llegar a tocarlos en lo profundo de su ser.
Abba Pambo nos señala que lo esencial de nuestra espiritualidad consiste en tener un corazón que pueda sentir compasión, que se interese, se sienta, que ame. Quien tiene corazón puede ser salvado. Inclusos cuando el corazón se desvía por caminos errados, porque se encuentra fascinado con algo que no corresponde a la voluntad de Dios, será él quien finalmente conduzca al ser humano hacia Dios. Esto es así porque el corazón también siente dolor por todo aquello que el mismo hace contra el amor. Un corazón que ama sabe de Dios. Incluso cuando el amor recorre senderos equivocados, él mismo abrirá nuestro corazón a Dios, porque en todo amor unidad una profunda nostalgia del amor divino, de un amor que posea firmeza y que no sea tan frágil como el amor humano, el cual siempre está teñido de celos y deseos de posesión.
Algunas personas utilizan su piedad para rehuir a su propio corazón, pero su piadoso activismo no les ayuda en nada. Lo importante es que abramos nuestro corazón a Dios, con mayor razón si lo tenemos destrozado. Entonces fluirá el amor de Dios en nuestro corazón abierto, llenándole y transformándolo para conducirlo a la paz que sólo puede encontrar en Dios.
Abba Pambo nos señala que lo esencial de nuestra espiritualidad consiste en tener un corazón que pueda sentir compasión, que se interese, se sienta, que ame. Quien tiene corazón puede ser salvado. Inclusos cuando el corazón se desvía por caminos errados, porque se encuentra fascinado con algo que no corresponde a la voluntad de Dios, será él quien finalmente conduzca al ser humano hacia Dios. Esto es así porque el corazón también siente dolor por todo aquello que el mismo hace contra el amor. Un corazón que ama sabe de Dios. Incluso cuando el amor recorre senderos equivocados, él mismo abrirá nuestro corazón a Dios, porque en todo amor unidad una profunda nostalgia del amor divino, de un amor que posea firmeza y que no sea tan frágil como el amor humano, el cual siempre está teñido de celos y deseos de posesión.
Algunas personas utilizan su piedad para rehuir a su propio corazón, pero su piadoso activismo no les ayuda en nada. Lo importante es que abramos nuestro corazón a Dios, con mayor razón si lo tenemos destrozado. Entonces fluirá el amor de Dios en nuestro corazón abierto, llenándole y transformándolo para conducirlo a la paz que sólo puede encontrar en Dios.
Anselm Grün
Camino a través del desierto
Editorial San Pablo
Página 26-37
Camino a través del desierto
Editorial San Pablo
Página 26-37
Me agradaría saber a que iglesia perteneces.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que escribes, Una mirada a tu espíritu; estamos de acuerdo.
Ruper
Me enteré que va llegar a Parú en el mes de Abril, que bueno... Es una emoción. Porfavor pásame los tados que día es y dónde.
ResponderEliminarGracias
Roger J. L
roger_j@hotmail.com